Conforme crecemos nuestros sueños, o se van haciendo realidad o van desapareciendo, lo que un dia anhelamos poco a poco son las realidades de nuestra vida cotidiana. Tal vez a muchos se les haya olvidado todo eso y se sientan tristes porque no tienen lo que quieren y eso pasa porque estamos inconformes con lo que tenemos porque cada dia varia nuestras necesidades y no nos conformamos o no apreciamos las gotas de felicidad que nos da la vida. Yo siempre soñé con tener una familia, una esposa y unos hijos que fueran algo extraordinarios, algo fuera de lo común y con los que me sintiera identificado. Hoy agradezco a Dios y a la vida por darme mas de lo que imagine, mas de lo que merezco y puedo decir con certeza........ SOY FELIZ.
