Sueños.

     Que se hagan realidad nuestros sueños o nuestros deseos, nos llena de satisfacción, y nos hace sentir que la vida nos da la recompensa por algo que hicimos bien.
     Nuestros hijos son el bien mayor de nuestras vidas, y los nietos la cereza del pastel, son el complemento de nuestra felicidad y la forma en que la vida nos alienta a seguir adelante aun cuando ya nos sentimos satisfecho por los logros obtenidos.
     Cada quien tiene su forma de sentirse feliz, cada quien tiene su medida, pero las cosas insignificantes es lo que mas nos complementa, una sonrisa, una palabra, una caricia, una mirada; A veces la felicidad esta en sentir la cercanía de los que mas queremos.
     Los sueños que hemos tenido, a veces tenemos la dicha de verlos realizados y sentimos ensanchar nuestros pulmones para lanzar un suspiro en el que va todo nuestro agradecimientos por tanta felicidad.

Nieve

     Tantos recuerdos nos trae el ver un helado, sea el sabor que sea, las imágenes de nuestra infancia vienen a nuestra mente, de diferentes maneras si hemos tenido carencias o si hemos sido del circulo selecto que todo lo tuvimos.
     Yo recuerdo el sonido del heladero que era una combi pintado de muchos colores y con sabores extraordinarios que no se comparaban con el nevero de a pie, que nada mas traía sabores de vainilla y de fresa.
     Mis primos me decían no te comas la puntita del cono porque trae muchos microbios, yo hacia como que lo tiraba, pero en realidad también me lo comía, no me gustaba desperdiciar nada, disfrutaba hasta lo ultimo.
     En la actualidad, rara vez disfruto de un helado, a veces lo hago para mitigar la sed o el calor, y envidio ver a los niños cuando lo comen, y pienso que me gustaría volver a tener esa capacidad de sentir nuevamente la felicidad de comerme una nieve de fresa, que es mi favorita.
     Tal vez en mi lecho de muerte pida una, o le pida de favor a San Pedro que me deje disfrutar una vez mas un helado.
     Creo que mañana me comeré una.