Museo.

      Cuantas veces vamos a un museo a admirar cosas bonitas, sin darnos cuenta que lo mas hermoso lo llevamos al lado de nosotros, algo tan valioso que vale la vida entera, muchos tenemos esa fortuna de encontrarnos lo que siempre habíamos buscado, lo que tantas veces soñamos, esa persona que es el complemento de nuestra existencia, la persona correcta para llegar feliz a la vejez, para encontrar la tranquilidad que tanto esperamos y para disfrutar del amor.

     En un museo encontraremos cosas maravillosas que nos transportan a otra época, nos hace recordar lo que ha sucedido en el pasado, lo que sigue vigente en el presente, lo que hace que nos sintamos orgullosos de nuestras raíces, así mismo cuando tenemos a quien por tanto tiempo ha sido parte de nuestra vida, encontramos en su mirada esas cosas maravillosas que nos conquistó, nos hace recordar con el sonido de su risa y el sabor de sus besos lo que ha significado y sigue significando para nosotros, y nos hace sentir orgullosos de haberla tenido siempre junto a nuestro corazón. 

Atardecer.

      Llegar a ésta etapa de la vida, cuando el sol pareciera que se oculta, que la noche está a punto de llegar, se siente un poco de temor y un mucho de nostalgia, no porque pensemos que todo terminara, sino porque nos habíamos olvidado de que todo principio tiene su fin, porque nos hemos olvidado que el inicio y el final no son tan importantes como lo es lo que hay en medio, es como los viajes que hemos realizado, no importa el destino sino el recorrido, todo lo que hay que ver, oír, oler, escuchar y sentir durante todo ese tiempo, todos esos sentimientos que experimentamos mientras dure la travesía, pero todo eso no le damos importancia porque la vida se nos va tratando de conseguir lo que no vale la pena, nos la pasamos compitiendo con los demás y con nosotros más que con nadie, siempre con la necesidad de tener un poco más, tratando que los que están a nuestro alrededor se den cuenta de lo que hacemos, de lo que logramos, porque sentimos la necesidad imperiosa de demostrar que somos mejores aunque solo sea consiguiendo cosas materiales.

     Llegar al atardecer de nuestra vida, siempre debe de ser con la satisfacción de que hemos hecho lo que hemos deseado, de estar donde siempre quisimos estar y de tener más que nada, el corazón satisfecho porque nos han amado, hemos amado y seguimos amando.

Camaleón.

      He visto en estos dos últimos días, el modo tan complejo que funciona nuestra mente, como se deja influenciar por lo que pasa a nuestro alrededor, puede cambiar de un momento a otro, parecido a un camaleón que adapta sus colores al entorno que lo rodea, así funciona nuestros sentimientos, podemos pasar de la felicidad que nos inunda el corazón, sintiendo que el sol se ve tan resplandeciente que calienta de tal manera nuestros pensamientos que todo nos parece tan espectacular, que nos dan ganas de gritar lo que en esos momentos pasa por nuestra cabeza, pero basta solamente unas palabras, decisiones erróneas que llevan a una ruptura amorosa, para que esa pequeña nube lo empañe todo, una pequeña nube que se hace cada vez más grande, que logra opacar todo a nuestro alrededor, sentimos una angustia atravesada en la garganta que nos impide digerir lo que ha pasado, que nos oprime el pecho como si tuviéramos el peso de todos nuestros errores, escuchamos las mismas canciones de siempre pero ahora las escuchamos con detenimiento y cada estrofa define como nunca nuestros modo de sentir, los que ahora están presente como si fuera lo último que vamos a escucharemos, como si avistáramos de repente ese abismo que es la soledad.  

Confianza.

      Confianza, palabra de cuatro sílabas, palabra de mucha importancia, palabra que no puede describirse con unas cuantas ideas, palabra que su significado es una sensación, es una palabra que, si la escuchamos describiendo lo que alguien siente por nosotros, es como escuchar campanitas en nuestro interior, es como un respiro de alivio por imaginar por un momento, que hemos logrado subir un escalón en los valores que nos definen. 

  Confianza es poder decir de frente lo que sentimos, sea bueno o sea malo, que nos guste o no, es tener la satisfacción de poder expresar sin limitaciones nuestros pensamientos, nuestros sueños, nuestras metas, sabiendo de antemano que quien las escucha es nuestro yo interior, que va darnos una perspectiva correcta de lo que es ver las soluciones desde otro punto de vista, uno que tiene la intención de querer lo mejor para nosotros. 

Amar y ser amado.

      Amar y ser amado, siempre es un referente, está presente en el anhelo de toda persona, de todo ser vivo que tiene conciencia, es el máximo deseo que podemos aspirar, porque de ahí se deriva todo, es como llegar al tesoro enterrado, ese que resolverá todos nuestros problemas, porque cuando amamos todo se vuelve diferente, no existe cosa alguna que pueda significar más que eso, transitamos por la vida viendo que nada puede ser más importante que tener alguien a nuestro lado, alguien en quien apoyarse, como el bastón a que recurrimos cuando ya no tenemos a nadie, como último recurso para no sentirnos solo, porque las fuerzas se han acabado, pero mientras tanto tener alguien con quien compartir lo que nos sucede, contarle nuestros secretos, los sueños que aún soñamos, las metas que todavía están presentes, recorrer esas calles que cada vez nos cuesta más trabajo pero que la disfrutamos como si fuera la primera vez, son de las cosas que valen la pena seguir luchando para conseguirlas, para disfrutarlas si las tenemos o para seguir soñando que el día menos esperado las tendremos. 

Imaginación

      Cuantas veces hacemos en nuestro interior, una tormenta en un vaso de agua, cuántas veces nuestra imaginación va más allá de lo que dicta la cordura, de lo que es correcto, de lo que es normal y de lo que nos hace daño y lo peor de todo, hace daño a otros. Imaginar, es hacer castillos en el aire pero también es construir infiernos que no existen, es revolverse entre las sabanas pensando, queriendo estar donde no estuvimos, cuando no estuvimos y que es algo ha quedado atrás, pero, somos tan necios, que nos encanta sufrir y hacer sufrir, tenemos la mala costumbre de no detenernos a tiempo y terminamos haciendo un desastre.

     La imaginación nos lleva por caminos peligrosos, veredas que nos colocan en las encrucijadas de la vida, que a veces no sabemos a donde van terminar, tal vez son callejones sin salida o solamente son callejuelas tan estrechas que no nos dejan ver que existe un buen final.

     Cuantas veces nuestro interior nos hace una mala jugada, tal vez nos pone a prueba, vemos el vaso medio vacío cuando en realidad está lleno. 

Reflejo

      Muchas de las veces reflejamos una versión distinta de lo que somos y de lo que hemos sido, nuestra apariencia actual oculta siempre las veces que estuvimos en otras circunstancias, en esas que la derrota estuvo a punto de vencernos, cuando el cielo era gris, nuestra sonrisa brillaba por su ausencia y el piso era tan disparejo que nos costo trabajo avanzar, fueron otros tiempos, mucho más difíciles de lo que es hoy, porque las dificultades siempre están presentes, es el pan de todos los días, aprendemos a vivir con ellas, pero resulta mucho más fáciles sobrellevarlas cuando tienes un hombro en donde apoyarte, alguien con quien compartir esos momentos, alguien que te diga que todo va a estar bien, alguien que te haga sonreír aunque todo esté de cabeza, que te de la fortaleza que sientes que va disminuyendo o que simplemente camine a tu lado tomándote de la mano.

     Muchas veces somos el reflejo de lo que llevamos dentro, esa felicidad que queremos compartir, esa felicidad que hemos conseguido con tanto esfuerzo y hace que todos nos vean con otros ojos, porque eso somos, alguien diferente cuando nuestro corazón late al ritmo del amor.

Locuras

      Y vamos por la vida con una seriedad que espanta, según nosotros comportándonos a la altura, porque el estándar de lo cotidiano es que ser un adulto mayor es sinónimo de aburrimiento, porque todos piensan que ya lo hemos vivido todo, que es el tiempo en que caminar encorvado por el peso de los años, de los recuerdos, de los sueños no cumplidos, hacen de nosotros unas personas que ya no aspiran a nada y es una total equivocación, porque todavía estamos aquí, ocupando un espacio que nos corresponde, un espacio que dejaremos libres quien sabe cuándo, pero todavía estamos llenos de esa energía que nos caracteriza a quienes sabemos que ya no tendremos otra oportunidad, que estamos dispuestos a todo porque ya no hay nada que perder, por eso deben de comprender que estamos dispuestos a realizar, lo que la juventud no se atreve, por el trillado dicho de "El que dirán", eso a nosotros no nos beneficia ni nos perjudica, sino todo lo contrario.

     Y vamos por la vida, haciendo locuras, travesuras y muchas cosas más, porque hemos llegado a donde nuestras fuerzas lo han permitido y tal vez un poco más allá. 

Soñando.

 

     A veces pienso que ella es una soñadora, tal vez porque por muchos años, ha idealizado nuestra relación, sin imaginar que llegaría este momento en que íbamos a estar juntos, sin imaginar que sus sueños serian muy diferente a la realidad, no se que daría por cumplir todas sus expectativas, cumplir con cada una de ellas, ser el hombre ideal en todos los aspectos, pero como le he dicho, solamente soy de esas personas que puedes encontrar en cualquier esquina, alguien común y corriente, más común que corriente eso si, pero dispuesto a dar mucho amor acumulado a través del tiempo, reprimido en algunos casos, escondido en otros, tal vez, solo tal vez sea lo que ha esperado, esa persona que es capaz de que sus días y sus amaneceres sean más divertidas, más llena de amor y con mucha felicidad.

     A veces siento que sus ojos llenos de amor, ven en mí al hombre ideal, aunque solo sea el que lo ha querido, la quiere y lo seguirá queriendo más.  

Callada

      Te amo cuando estas callada, te amo porque estás como ausente, porque se que en esa ausencia yo estoy presente y porque tus pensamientos son solo míos.

     Te observo y recuerdo todo este tiempo en que no estuviste a mi lado, cuantos instantes como éste me perdí, tal vez el destino nos preparó para que éste momento sucediera, para que pudiéramos apreciar lo que en realidad somos, para sentir plenamente que lo que ha llegado lo tenemos bien merecido, para despertar lo que parecía dormido, esos sentimientos que ahora se fortalecen con cada mirada, con cada sonrisa, con cada beso, con esas caricias que habíamos olvidado y que ahora han resultado ser más de lo que habíamos soñado.

     Te amo cuando estás callada, pero te amo más porque sigues siendo mi recompensa esperada, porque eres todo eso que yo había deseado, eso que a través de los años solo existió en mi pensamiento,te amo no porque lo diga, sino porque lo siento.