Claridad.

          Hoy más que nunca, encontramos en nuestras miradas, ese resplandor que vimos el día en que nos conocimos, reforzamos nuestros sentimientos de la misma manera que lo hacemos con nuestras metas y nuestros sueños, vamos dando un paso a la vez con la seguridad que nos da el estar juntos nuevamente, sentimos una confianza que estamos construyendo cada día con nuestros actos y aprovechamos cada instante para aprender nuevas maneras de expresar lo que sentimos, de decir con tan solo una sonrisa ese cúmulo de sentimientos que nos embarga cuando estamos juntos, y encontramos la satisfacción de saber que estamos en el lugar correcto donde debemos estar.    

Aniversario.

 

     Y recordamos los momentos agradables, nos llenamos de regocijo por seguir conservando nuestro sueño hecho realidad, por seguir venciendo día a día los contratiempos que se presentan, por seguir encontrando motivos suficientes para sonreírle a la vida y por tener a nuestro lado quien complementa nuestra existencia. Todos los días los hacemos especiales, cuando seguimos teniendo los mismos sentimientos, cuando despertamos y vemos que la persona que amamos está a nuestro lado, cuando respiramos juntos el mismo aroma que da la felicidad y más que nada lo hacemos especial porque estamos juntos como lo deseamos la primera vez, esa tan lejana, que parece que fue ayer.  

Primavera.

   Vemos nuestra vida pasada y suspiramos, sonreímos y encontramos el alivio de saber que el remanso de lo que hoy es cotidiano es la recompensa por todo el tiempo que hemos luchado, por el esfuerzo que utilizamos para levantarnos de las caídas que sufrimos, por las lágrimas derramadas en nuestra soledad, por haber mantenido la esperanza en un futuro que nunca llegaba y por seguir soñando con alcanzar las metas que un día nos propusimos. 

La lucha nunca termina y eso nos mantiene vivos, pero encontrar fortaleza en quienes nos acompañan, hace que todo se vuelva diferente porque renueva una y otra vez nuestros deseos de seguir adelante.  

Un sueño.

 

    Dicen que soñar no cuesta nada, lo que cuesta es hacer los sueños realidad, porque nunca sabemos lo que eso implica, puede llevarnos mucho tiempo e invertir toda nuestra vida, pero si nuestras metas son lograr lo que deseamos y mantenemos la esperanza de que así será, el día menos esperado la vida nos sorprenderá y encontraremos nuevamente el camino que se nos había perdido, tal vez solo sea un sendero, pero será lo que soñamos, lo que esperábamos, porque nunca es demasiado tarde para continuar lo que empezamos, nunca debemos de rendirnos porque puede que la felicidad este a la vuelta de la esquina o lo encontremos cruzando fronteras, pero siempre debemos de recordar que los sueños se vuelven realidad pero solamente cuando nosotros los deseamos de verdad.