martes, 23 de febrero de 2021

Sexto piso.

 

     Todo es bonito hasta que te cae el veinte de que ya estas viejo, por muy joven que te sientas.

     Creo que mis recuerdos abarcan 55 años, con saltos de amnesia y con imágenes borrosas en algunos casos, pero si escribiera un libro, 100 años de soledad se quedaría corto con todas las anécdotas que tengo en el pensamiento.

     Me gustaría escribir un libro de agradecimientos, para decirle a todos esos que han desfilado por mi TL, bueno por mi línea de vida, que tan importantes han sido, tal vez muchos se sientan sorprendidos por lo que han influido en lo que soy y otros tal vez se sientan decepcionados porque no han causado gran cosa en mis decisiones tomadas en el pasado.

     Se siente bonito estar parado donde estoy, y recordar los malos momentos, esos que cuando los pasé sentía que el mundo se derrumbaba y no encontraba una solución, ni la manera de mitigar mis angustias, aunque ahora sepa que vendrían cosas peores y también los iba a solucionar.

     La juventud pasó sin darme cuenta, porque así pasa cuando se esta tan ocupado formando un hogar, manteniendo los valores que hay que enseñar a los que vienen atrás, tratando de dejar una huella en quienes son importantes para nosotros. Y mas que nada soñando. La mayoría de nosotros nos la pasamos soñando y creo que moriremos soñando, porque nunca estaremos conforme con lo que tenemos, siempre vamos a desear algo mejor.

     Ahora que estoy aquí siento que no estoy seguro si ya estoy en la azotea o faltan muchos pisos mas, lo que si se es que me gustó llegar hasta acá y que todavía tengo energías para seguir adelante.

     Hacer un balance no es lo que importa, lo que interesa es como me siento hoy. Y creo que la vida te compensa lo que has perdido, de pronto recuperas lo que creías perdido y nuevamente vuelves a ser feliz.

     Llegar al sexto piso es creer fervientemente que tienes para otros pisos mas.