Competencia.

      A veces sentimos que la vida es una competencia, y vamos haciendo que nuestra existencia sea tan estresante porque vemos en todo momento que alguien se coloca abajo o arriba de nosotros.

     Sin embargo, debemos de comprender, que el destino nos pone en esas situaciones para que seamos mejores, para que cada día nos preocupemos por ser un poco más de lo que hemos sido un día antes, para que el conformismo no nos invada y nos volvamos como vegetales, como seres que solamente encuentran alegrías en ser lo que han sido siempre, en conservar en todo momento la monotonía de tener la misma posición, esa que los coloca donde quieren estar.

     A veces sentimos que la vida es una competencia, desde hace poco, para mí lo es, porque ahora estoy compitiendo contigo, para ver quién de los dos, quiere más al otro. Por el momento, vamos empatados, porque nos queremos igual.    

Verte reír.

 

     Verte reír, es como encontrar un motivo para seguir queriéndote cada día más y más, porque sé que sigo en el camino correcto, ese que me está llevando a conseguir lo que siempre quiero, que seas muy feliz.

     Siento que tu felicidad es la misma que la mía, que tú alegría es tan contagiosa que hace que mis días sin tu presencia se vuelvan tolerables, que pueda soportar este tiempo en que no estamos juntos, que sueñe todas las noches en ese momento en que por fin estemos juntos y siento que la distancia que nos separa no es tan grande porque escuchar tu voz y tu risa, hace que te sienta tan cerca que solamente falta tocarte.

     Verte reír, me llena de energía, y encuentro fuerzas para seguir adelante, para seguir almacenando caricias, abrazos y besos, muchos besos para cuando estes junto a mí. 

      

     

Primer encuentro.

      Parece que fue ayer, parece que no ha pasado el tiempo, es como si nuestro reencuentro solamente fuera una fecha que no tiene caducidad, porque se renueva cada que estamos juntos.

     Como no tener presente esos momentos que se están volviendo inolvidables, de verte sonreír después de tanto tiempo, de sentir tu mirada que penetraba hasta el fondo de mi alma, de tener nuevamente tus labios pegados a los míos, de sentir otra vez esa sensación tan maravillosa que recorría mi cuerpo cada que te veía, cada que estaba junto a ti, porque volver a sentir lo que por tanto tiempo se quedó en el fondo de mis recuerdos, fue como si nuevamente un volcán volviera hacer erupción.

     Parece que fue ayer, parece que está sucediendo hoy, no lo sé, lo que si estoy completamente seguro es que ha sido, después de haberte conocido, uno de los momentos que siempre voy a tener presente, y tenlo por seguro de que va a ser para siempre. 

Otro menú.

     Y hay otras opciones donde puedes escoger, no solo algo para comer, sino para experimentar la sensación de vivir nuevamente los momentos que hemos pasado, donde puedas seleccionar ese momento que más te ha gustado o que nuevamente quieras que lo vivamos.

     Hoy como ayer, como cualquier momento, debes de comprender que solamente vivo para tí, para hacerte feliz, para encontrar la manera de que olvides todo lo que te preocupa, todo lo que todavía no has podido olvidar, como esos momentos de angustia por no saber de mí, como esos momentos de tristeza en que no pude estar a tu lado para decirte al oído que en mis brazos estarás segura, esos momentos que en que solamente te acompañaba la soledad.

     Y aquí hay otras opciones donde puedes escoger, dale click a la foto y estaremos en un instante viviendo nuevamente ese momento, dale click a mis sentimientos y los tendras a tu disposición.
 

Menú.

      Muchas de las opciones que tenemos para ser felices, a veces se cuentan con los dedos de una mano, raras veces contamos con las suficientes, en algunas ocasiones es como echarse un volado para ver si cae águila o sol.

     Conmigo tienes la opción de solicitarme, lo que más te guste, ya sea una orden de besos, de caricias, de palabras bonitas o puedes escoger si quieres algo más ligero como unas miradas ardientes, una sonrisa de oreja a oreja, un paseo de manita sudada, pero yo te sugiero que te decidas, por lo que es la especialidad de la casa, que son las noches de pasión, que vienen acompañados con esas dulces mañanas de despertar juntos que a ti tanto te encantan y que en este momento están al dos por uno.

     Muchas de las opciones que hay en mi menú, solo existe para la persona indicada, que por supuesto solamente eres tú. 

Tu sonrisa.

      Me encanta tu sonrisa, me encanta cuando te ríes, me encantas cuando me sonríes, me encanta la alegría que demuestras cuando estás conmigo, me siento orgulloso que yo pueda provocar ese gesto que me demuestra lo feliz que eres a mi lado.

     Y es que, al verte así, con esa sencillez para expresar tus sentimientos, para decir sin palabras lo que tienes para que uno se sienta en otro mundo, en uno muy diferente al que está acostumbrado y es que cuando me miras con esa expresión de felicidad, siento que mi corazón late al compás del tuyo, que, en esos momentos, solamente existimos tú y yo.

     Me encanta tu sonrisa, porque te ves más bella, porque siento que cuando me sonríes es porque he logrado que dejes atrás, lo que fue tal vez un mal sueño. Y sonríes, porque así, te ves más hermosa. 

Caminando.

      Y ha llegado el domingo, ese día tan esperado para la mayoría, un día en que el relajamiento hace presencia en todos, con los planes al por mayor, diciendo que es de descanso, pero sin embargo es cuando más actividad existe.

     Mi hijo me ve colocarme la mochila al hombro, sonriendo, porque en su imaginación, hay un cúmulo de pensamientos que le indican que me esperan, nada más salir de casa, con mucha diversión, con un sinnúmero de actividades que harán que mi día, combata a la monotonía que díariamente me invade y hace que me vuelva quien está cansado de ver.

     Y ha llegado el domingo, mientras recorro las calles solitarias, polvorientas, calientes y sin encontrar lo que busco porque no es nada especial, me detengo a observar el cuenta pasos que indica que no debo dar un paso más, mientras todo a mi alrededor se va convirtiendo en un domingo más.

Inclemencias.

      Encuentro a cada momento más y más cosas que me encantan de ti, tu forma de ser tan especial de quererme, de extrañarme, de demostrarme lo que sientes por mí, que me siento tan afortunado por todo eso y voy recuperando la confianza en el destino que me ha tocado.

     Y descubro en tu sonrisa, que te encuentras feliz a mi lado, descubro en tus besos la satisfacción de que soy algo importante en tu vida, pero siento que todavía me falta esmerarme un poco más para darte todo lo que tu te mereces, a eso que te has acostumbrado en mi ausencia y me imagino haciendo malabares con el futuro para que todo salga mucho mejor de lo que imaginamos.

     Encuentro a cada momento en ti, detalles que me fascinan, que hacen sentirme más enamorado, más dependiente de ti, de tus besos, de tus caricias y de tu compañía, y deseo con más fuerzas tenerte entre mis brazos. Te amo.   

Descanso.

      Muchas veces necesitamos un descanso en el camino, tal vez sea lo más conveniente después de haber recorrido un largo camino, después de haber sorteado un sinnúmero de penalidades o de haber combatido la soledad y el conformismo de no saber si habrá un final feliz.

     Eso nos sirve para encontrar el tiempo que necesitamos, para fortalecer nuestras metas, nuestros sueños, y todo lo que aún conservamos para seguir nuestro camino, para seguir adelante con lo que nos hemos propuesto, para seguir buscando ese sendero que nos ha de llevar al paraíso.

     Muchas veces necesitamos un descanso, pero solo para tomar aliento, porque cuando lleguemos a la cuesta, nos faltaran fuerzas, pero para disfrutar lo que hemos conseguido.

     Amor mío, estamos donde habíamos soñado, déjame secar el sudor de tu frente y las lágrimas de tus ojos, déjame darte un beso, porque ahora ya estás conmigo.