miércoles, 22 de junio de 2022

Atardecer.


      Llegar a ésta etapa de la vida, cuando el sol pareciera que se oculta, que la noche está a punto de llegar, se siente un poco de temor y un mucho de nostalgia, no porque pensemos que todo terminara, sino porque nos habíamos olvidado de que todo principio tiene su fin, porque nos hemos olvidado que el inicio y el final no son tan importantes como lo es lo que hay en medio, es como los viajes que hemos realizado, no importa el destino sino el recorrido, todo lo que hay que ver, oír, oler, escuchar y sentir durante todo ese tiempo, todos esos sentimientos que experimentamos mientras dure la travesía, pero todo eso no le damos importancia porque la vida se nos va tratando de conseguir lo que no vale la pena, nos la pasamos compitiendo con los demás y con nosotros más que con nadie, siempre con la necesidad de tener un poco más, tratando que los que están a nuestro alrededor se den cuenta de lo que hacemos, de lo que logramos, porque sentimos la necesidad imperiosa de demostrar que somos mejores aunque solo sea consiguiendo cosas materiales.

     Llegar al atardecer de nuestra vida, siempre debe de ser con la satisfacción de que hemos hecho lo que hemos deseado, de estar donde siempre quisimos estar y de tener más que nada, el corazón satisfecho porque nos han amado, hemos amado y seguimos amando.

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