Luces.

 

     Y solamente cuando encontramos en nuestro camino la persona que imaginamos que sería ideal, que cumple con las expectativas que nos hemos fijado, que llena esos vacíos que han existido y que despierta de nuevo esas mariposas dormidas en nuestro interior, cuando ese momento llega, es cuando disfrutamos plenamente lo que nos rodea, desde las cosas más sencillas hasta encontrarle solución a los problemas que se nos presentan, desde una sonrisa inesperada hasta los momentos en que las lágrimas aparecen, y ya no soñamos con ser felices, ahora estamos despiertos disfrutando la realidad.

Tren.

 

      A veces hay que cambiar la manera en que nos movemos, debemos de adaptarnos a las circunstancias y a lo que la vida nos da, siempre esperamos lo mejor, pero algunas veces las cosas no salen bien, deseamos que los viajes sean cómodos y sin contratiempos, pero nos hemos olvidado que en algunas ocasiones tuvimos que andar a pie. La vida nos va mostrando las inclemencias y las bonanzas cada día, nos toca a nosotros disfrutar la travesía o ser remilgosos y sufrir con los pequeños baches que pasamos, siempre tenemos opciones, siempre hay de dos sopas, aunque a veces una ya se acabó y debemos de tomar la única que queda. El tren en que nos subimos esta vez decía felicidad, pero la felicidad para mí no es el destino, sino la persona que me acompaña. 

Arrugas.

      El reflejo de los años se nota en la piel, pero el reflejo de la felicidad opaca los indicios de todo eso, debemos de estar conscientes de que la vida cobra con interés lo que nos ha dado, pero saborear lo que hemos conseguido, sentir que hemos llegado lejos, que aún tenemos nuevas metas y nuevos sueños es como empezar de nuevo, pero ahora convencidos de que tenemos todas las de ganar, porque somos más fuertes, porque hemos aprendido a encontrar satisfacción en los pequeños triunfos, esos que luego se convertirán en los pilares de lo que realmente queremos y anhelamos. Amar y ser amado, es encontrar el balance correcto para seguir adelante, con la sonrisa en los labios porque sabemos que lo hemos logrado.