Y solamente cuando encontramos en nuestro camino la persona que imaginamos que sería ideal, que cumple con las expectativas que nos hemos fijado, que llena esos vacíos que han existido y que despierta de nuevo esas mariposas dormidas en nuestro interior, cuando ese momento llega, es cuando disfrutamos plenamente lo que nos rodea, desde las cosas más sencillas hasta encontrarle solución a los problemas que se nos presentan, desde una sonrisa inesperada hasta los momentos en que las lágrimas aparecen, y ya no soñamos con ser felices, ahora estamos despiertos disfrutando la realidad.
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