jueves, 3 de enero de 2019

Bienvenido 2019.

     Dejar atrás los recuerdos de un año que se acaba, es como abrir una ventana para respirar aires nuevos, y vislumbrar un horizonte lleno de esperanzas.
     Esa es la versión poética de la llegada de un año nuevo, la versión que todos conocemos y que es la mas conocida por la mayoría de todos nosotros, es la que nos indica que tenemos otro reto que vencer, lidiar con las cuentas vencidas, reponer lo que gastamos de mas, y hacerle frente a toda la pobreza que se avecina. Imaginamos sacarnos la lotería sin haber comprado boleto, recibir la herencia de un pariente lejano y que esta tan lejano que no existe, encontrarnos una cartera llena de dinero y que no sean falsos, en fin salir de pobre en un abrir y cerrar de ojos, sin tantas complicaciones, sin tantas explicaciones y sin tantos contratiempos. Nos hace daño vivir en la creencia de que nacimos pobres y así vamos a morir, nos han vendido esa idea tantos años que ya la tenemos como una realidad.
     La verdad es que la llegada de un año nuevo es nada mas para estresarse arrancándole diariamente las hojas al calendario, 

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