sábado, 29 de agosto de 2020

Una carta.

     Dicen que las palabras se los lleva el viento, y es una verdad contundente, hablamos y decimos tantas cosas pero al dia siguiente ya se nos olvido lo que dijimos, podemos prometer la luna, las estrellas y todo el firmamento, y tal vez sean momentos muy emotivos y expresados con todo el sentimiento que tenemos en ese momento, y son expresiones tan vanas que se olvida tan pronto aparezca una situación diferente.
     Cuando escribimos es como si plasmaramos nuestros sentimientos en una roca, siempre y cuando esa roca no cambie y a través del tiempo se mantenga firme con lo que ahí se haya escrito, si es así, nuestros pensamientos, nuestros deseos y nuestras esperanzas se van a mantener intactas.
     Escribir, es como decir en unas cuantas letras todo lo que nos es tan difícil expresar lo que pudiéramos decir con un solo beso, es como dejar un poquito de nuestra alma en cada palabra.
     Escribir es como ponerse una soga al cuello, porque nos pone en la encrucijada de no saber si debemos de saltar para defender lo que hemos escrito o simplemente quitarse la soga y decir que hemos mentido.
     Los escritos lo dicen todo, porque cuando escribimos con el corazón, las letras lo dicen todo y mas que nada los pensamientos que se expresan, y siempre serán los sentimientos que están presente cuando escribimos cada letra, cada punto, cada coma y cada punto suspensivo.
     Una carta es como dejar poquito a poco el corazón, es como dejar en cada letra el presente que estamos viviendo y que queremos que perdure para siempre.

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