El tiempo.

 

     A veces creemos que el tiempo pasa muy lentamente cuando nuestra situación es critica, y pasa rápidamente cuando somos felices. La forma en que percibimos eso es diferente aunque todo es igual, el tiempo pasa de forma inexorable, de la misma manera.

     Pero cuando comprobamos que el tiempo no pasa para algunas personas, y sus recuerdos son tan frescos como si todo hubiera pasado ayer, entonces comprendemos que nuestras emociones son tan poderosas que podemos vivir por siempre en donde siempre fuimos felices.

     El tiempo hace que muchas cosas se queden en el olvido, pero si siempre lo mantenemos en nuestra memoria, en nuestros recuerdos y mas que nada en nuestro corazón, es seguro que todo estará ahi, presente como si todo hubiera sucedido ayer.

     A veces recibimos sorpresas, porque cuando pensamos que todo en adelante será rutina y todo va a seguir igual, la vida nos da sorpresas y el pasado vuelve a resurgir, y nos vuelve a dar otra oportunidad, para sentir de nuevo la experiencia de ser nuevamente quienes fuimos hace muchos, muchísimos años, unos soñadores, que tienen y han tenido siempre sueños que esperan que se cumplan porque un dia hicieron sus promesas en ese lugar simbólico.

     La juventud se parecen a las verduras que guardamos en la nevera, rápidamente se vuelven marchitas, y debemos utilizarlas pronto porque después ya no servirán.

     El tiempo pasa tan rápidamente que no nos damos cuenta cuando nuestros hijos se convierten en personas, queremos que todo siga igual e imaginamos que seguimos siendo los héroes de ellos cuando en realidad ya no somos ni la referencia de las cosas medio complicadas.

     Ayer, hoy y mañana son tiempos tan complicados, porque de pronto las cosas del ayer vienen a hacer el presente y el futuro al mismo tiempo.  Es como un rayo de luz que de pronto nos ilumina y nos hace comprender que realmente somos lo que hemos querido ser.