Cosecha.

 

     Todos, sin excepciones, cosechamos lo que sembramos, es la ley del karma y de la vida, imaginamos que el universo no se da cuenta de lo que hacemos, pero no es así, todas nuestras acciones quedan archivadas en alguna nube, en alguna estrella o en la memoria de alguien.

     A veces nuestros actos son tan pequeños que pensamos que nadie se da cuenta y pensamos que no tienen ningún valor, así lo imaginamos, pero si es un acto de compasión, de amor, de amistad, de cariño, seguramente quedara grabado con fuego en quien lo recibe, en quien se beneficie o simplemente quien se da cuenta de lo que hemos hecho.

     Cuando se trata del amor, es algo muy especial, sumamente especial, tanto para el que lo da como para el que lo recibe, y por muy pequeño que sea lo que damos es como una semilla que sembramos tal vez sea muy pequeño pero la cosecha que obtenemos se multiplica y regresa a nosotros como algo hermoso, como una bendición. El amor es lo que nos mueve, nos da la fuerza para seguir adelante cuando todos piensan que hemos tocado fondo, cuando se imaginan que nuestro destino ya esta escrito.

     El amor nos da muchas veces una segunda oportunidad, sin pensarlo debemos aprovecharla, no a cualquiera se los da, tal vez sea la cosecha que nunca esperamos tener, es la recompensa de lo que alguna vez sembramos y ya habíamos olvidado, es un regalo inesperado que sin dudarlo debemos de aceptarlo.

     Todos sin excepciones cosechamos, agradezco a la vida esta segunda oportunidad de cosechar, me estoy preparando para no dejar que una mala decisión eche a perder lo que ya esta conseguido.

     A todos quienes tengan una segunda oportunidad les digo, no la dejen ir. Animo si se puede.