Mascaras.

      Las mascaras que utilizamos y que no alcanzan a esconder lo feliz que somos.

     Diariamente utilizamos un disfraz diferente para tratar de ocultar lo que es imposible, lo que que nos agobia, nos entristece, nos alegra o lo que nos hace feliz. Vamos por la vida fingiendo ser alguien diferente, tal vez queriendo ser alguien que no somos, actuando con indiferencia cuando en realidad nos importa mucho, y después nos sentimos desesperados queriendo arreglar lo que ya no tiene remedio, lo que hemos dejado pasar por el simple hecho de no querer admitir lo que realmente nos importa.

     Fingir es lo mejor que nos sale muy bien, fingimos estar alegre cuando en realidad estamos sufriendo, fingimos estar tristes solo para llamar la atención, fingimos que todo nos va bien solo por el orgullo de que no se enteren que estamos fracasando, y así todo el tiempo, nos ponemos la mascara que mas nos convenga para tratar de engañar sin pensar que realmente no engañamos a nadie, y vamos por la vida con esa sensación de inseguridad, de no ser sinceros ni con nuestra conciencia menos con los que nos rodean y llegamos al extremo de ser como payasos ¡Te lo juro!

     Creo que ya es tiempo que reflexionemos y dejemos a un lado las mascaras y empecemos a ser lo que realmente somos, personas normales que luchan día a día con los retos, con los fracasos y con las satisfacciones y que desean mas que nada, ser felices.