Y aquí estoy, solo con mi soledad, solo con mis pensamientos, con mis recuerdos, con todo eso que llevo guardado, que llevo a cuestas. Pero no me siento triste, ni acongojado, porque se que son momentos para aprovechar y analizar los pasos que debo dar, el camino que debo seguir, el sendero que debo elegir y mas que nada las acciones que me harán tornar a la normalidad.
Estar solo no es tan malo, te aíslas pero te sirve para conocerte un poco mas, para escudriñar en tu interior y tratar de descifrar los pensamientos que te atormentan, explicarte la razón de tus acciones, de tu proceder, y hacerte una vez mas la misma pregunta ¿Por qué estoy haciendo esto? Y llegar como siempre a la misma respuesta, lo ignoro, pero quiero hacerlo.
Estar solo te llena de energía, te ayuda a continuar adelante y te permite expresar tus pensamientos en voz alta para que los escuches y no los ignores, aunque que pena que alguien pase y te vea hablando solo como si tuvieras puesto los audífonos y contestando una llamada, pero sin audífonos, o que te vean soltar una carcajada porque te has acordado de un chiste y te volvió a dar risa. Estar solo es reconfortante.
Por eso no sientan pena por nosotros que nos gusta la soledad, así somos felices porque ha veces nadie puede hacerte sentir de esa manera. Y aunque hoy sea domingo familiar, aquí estoy solo con mi soledad.
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