Nuestras emociones se vuelven inestables cuando la presión que nos rodea se vuelve diferente de como lo vivimos diariamente y ya sea porque nos acompañe la enfermedad o una mala racha económica, nuestra forma de actuar cambia y nos volvemos de un momento a otro, una persona diferente, nos transformamos y por consecuencia modificamos nuestros sentimientos. A veces es momentáneo y rectificamos volviendo a ser el mismo de siempre dejando una pequeña huella en las personas que han estado junto a nosotros.
La inestabilidad cambia nuestra forma de apreciar lo que es bueno y lo que es malo según el concepto que hemos guardado en nuestro interior, y somos capaces de tergiversar nuestros sentimientos para justificar nuestra forma de actuar y de comportarnos con las personas que nos importan o que tenemos junto a nosotros.
Nuestros sentimientos que traemos escondidos en nuestro interior salen a flote y hacen que el concepto que tienen de nosotros sufran un giro de 180 grados o tal vez sea de 360, quedando completamente desnudos ante la vista de los demás. y se den cuenta que no somos realmente quien creían que eramos.
Realmente somos ante los demás una pantalla en blanco que en cualquier momento puede aparecer nuestro ángel que tenemos escondido, y que les puede dar la sorpresa de que salga con cuernos o con un arpa.
Hoy y en estos días, la inestabilidad me acompaña, sálvense los que puedan y que están a mi alrededor.
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