sábado, 4 de septiembre de 2021

Zona de Confort.


      A veces es difícil decidirse a salir de la zona de confort, esa que nos parece muy cómoda aunque sepamos que no es la mejor.

     La mayoría de las veces lo hacemos por el temor a lo desconocido y porque nos falta el valor para enfrentar los retos que se puedan presentar, porque nos sentimos derrotados antes de principiar, porque nos falta esa sensación de poder que nos da la confianza en uno mismo, o probablemente porque nos dejamos influenciar por lo que nos rodea y también por quienes nos dan según ellos mejores consejos y que no reflejan en ningún momento lo que pensamos, lo que sentimos y lo que estamos dispuestos a hacer por conseguir lo que deseamos.

     Cambiar nuestra zona de confort implica tantas cosas, como empezar a hacer lo que nos ha gustado siempre pero que no lo hemos hecho porque nos parecía imposible, porque no nos habíamos atrevido, porque la costumbre empaña la visión de todo lo que hay mas allá, o porque nos hemos sentido en determinada escala de la sociedad, y nos parece la correcta. Sin embargo, debemos de comprender que no es tan malo disfrutar de lo que merecemos, aunque a otros les parezca que nos estamos volviendo fifis y ocupando un lugar que no nos corresponde.

     A veces es difícil dar ese paso, y a veces no lo es tanto, todo es cuestión de querer dejar de ser fantasmas de lo cotidiano.   

     


No hay comentarios:

Publicar un comentario