martes, 24 de noviembre de 2020

Alla en el rancho (segunda parte).


      Creo que mis primos son el pilar de mis recuerdos, los tengo tan presente en todo momento que creo que mi vida de niño no fuera nada sin ellos, con el sentido de la amistad, de compañerismo, de sentimientos tan diversos, de travesuras, de amores secretos, de complicidad, de unión, y que no se pueden explicar con palabras.

     Hoy que la tecnología nos acerca, quiero decirles cuanto los extraño, cuanto añoro estar cerca para poder recordar juntos un sin fin de anécdotas, y sentir nuevamente la calidez de su compañía, pensar en los que ya no están con nosotros, que se han ido, pero permanecen en nuestra memoria y están tan presentes como cuando jugábamos juntos.

     Siento la nostalgia de un ayer que nos unió mas que como familia, como compañeros y amigos, siento un nudo en la garganta de recordar todos esos momentos juntos, que para mi significan toda una vida, porque lo que pasamos, vivimos y sentimos no cabrían en un libro, ni tampoco podrían escribirse los sentimientos que experimentamos.

     Somos afortunados por tener todos esos recuerdos, y por experimentar todavía esa sensación de libertad que nos caracterizaba, porque podíamos ir a donde quisiéramos con solo pensar en ello, con solo imaginarlo podíamos reencarnar a nuestros ídolos favoritos que veíamos en las carpas de los cines ambulantes que nos visitaban.

     Y que contar de nuestros romances imaginarios, porque siempre llevamos a cabo el dicho aquel que dice  "A la prima, se le arrima", y fuimos tan felices imaginando un mundo para nosotros, haciendo que todo fuera mas llevadero, desde las labores del campo hasta la escuela.

     ¡Ah que tiempos aquellos! Cuando nuestros padres nos ayudaban para hacer nuestros papalotes, nuestros trompos, nuestros tiradores, comprarnos canicas, porque siendo felices los hacíamos felices a ellos con la constante competencia de quien era el mejor.

     Ahora solo nos quedan los recuerdos, pero esos son tan importantes porque nos mantienen vivos y cuando los recordamos, volvemos a estar ahi, posando para la foto y después seguir jugando.

       

     




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