De pronto tienes conciencia y te das cuenta que todo alrededor cobra vida, y te sientes que todo marcha bien, alguien de los que están a tu alrededor te dice algo pero no logras descifrar exactamente de que se trata, pero ahí esta ese o esa que ha sido el amor de tu vida, sigue igual como la conociste, y aunque nunca te hizo caso, hoy por fin te sonríe, te acercas, no hacen falta palabras, la tomas de la mano, la sientes cálida, y los dos sonríen, es el momento que esperabas para poder darle ese beso que nunca pudiste darle, sientes su aliento, te ves reflejado en sus ojos, sientes la ternura acumulada, y cuando por fin estas a punto de rosar sus labios, suena ese maldito despertador que te anuncia que debes volver a la realidad, y que ya es hora, no se de que, pero ya es hora.
Volver. Y te quedas pensando en ese momento en que tu vida tomo el rumbo que ha hecho que tengas una vida, tan diferente, tan alejada de esos sueños que una vez tuviste.
Volver. Y es cuando te das cuenta que existe una realidad alterna donde existen toda esa vida que no vivimos, pero que nos imaginamos, lo mantenemos escondido muy dentro, ahí arrumbados con nuestros sueños.
Pero ya despiertos, aunque anhelando el pasado, encontramos que tenemos no una realidad alterna, sino una vida llena de satisfacciones, de triunfos, tal vez una que otra derrota, y nos damos cuenta que nuestra verdadera realidad, es la que estamos disfrutando, la que nos llena de alegría porque tenemos mas de lo que una vez soñamos con esa realidad alterna.
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