viernes, 15 de junio de 2018

Una tormenta

     A veces creemos que viene una tormenta, inminente, a la vuelta de la esquina. 
     Todo parece que se nos viene encima el mundo entero, nos tratamos de proteger, nos resguardecemos y esperamos salir bien librados de todo eso.
     Así es nuestra vida, las tormentas, las calamidades, y el mal tiempo están diariamente en nuestra existencia, ya sea en forma económica cuando el dinero no nos alcanza, o cuando la gente nos involucra en chismes de nuestra forma de vivir, de ser, de vestir y hasta de nuestra forma de andar. Un día despertamos con todas las energías del mundo, nos sentimos tan completos, y respiramos tranquilidad y nos llenamos de optimismo para comenzar el día. Pero tiene que existir un pero, un algo que empieza a quitarnos toda esa alegría que tenemos desbordandonos. No se lo que es primero, tal vez se acabo el agua y no podemos bañarnos, o no hay aceite para hacer los huevos del desayuno, o de plano se acabo el gas, si no es así, ya se nos hizo tarde y no pasa la combi, y tenemos los minutos contados, tal vez lleguemos a tiempo pero se nos olvido algo, y así sucesivamente va sucediendo que nuestro día soleado se va convirtiendo en una tormenta.
     Si tienes un día así, es mejor que te tranquilices, respires hondo, y vuelvas a comenzar de nuevo.
     Las tormentas no siempre lo presagian un montón de nubes negras que nos indican lluvia, tal vez sea solo una llovizna o puede que no sea nada.
     Asi sucede con nuestra vida, creemos que se nos viene encima un montón de problemas y en realidad son situaciones de nuestra vida cotidiana y que podemos resolverlos si nos tranquilizamos y buscamos la mejor solución.
     Hay tormentas que no pasan de ser solo un mal momento, y hay malos momentos que nosotros lo hacemos tormentas.
   

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