martes, 10 de julio de 2018

Nerviosismo

   
     Estar nervioso es algo normal, y lo experimentamos por diferentes motivos, por estar esperando una respuesta en un hospital, en una escuela, en nuestro hogar, o esperando los resultados de una votación, de un examen medico o la tan anhelada fecha de la boda.
     El nerviosismo hace que nuestras manos suden, nuestro corazón lata mas rápido y nuestros pensamientos avancen a mil por hora tratando de encontrar una solución para lo que nos aqueja.
     A veces exageramos en nuestros pronósticos y todo resulta a pedir de boca, pero lo sabemos cuando ya hemos pasado el trago amargo que nos tiene con el alma en un hilo, y sonreímos al pensar en esos tormentosos momentos que han quedado en el pasado y que forman parte de nuestros recuerdos, ya sean amargos o dulzones con sabor a risa.
     No hay una cura para evitar esos momentos, y creo que si los hubiera le quitaría sabor a la vida, porque con esos momentos nos llenamos de vitalidad y sacamos fuerzas de nuestro interior para vencer el miedo a enfrentarnos a lo que no sabemos como sera, sentimos la adrenalina recorrer nuestro cuerpo y nos preparamos para lo que viene, poniendo de nuestra parte todo un cumulo de sensaciones y de acciones que en cualquier otro momento ni siquiera lo imagináramos.
     Hay momentos en la vida que estar nerviosos es lo mejor que nos ocurrirá, como cuando nos preguntan si queremos tomar como esposa a la persona que tenemos al lado, o vemos por primera vez a nuestros hijos, o a nuestros nietos. Resulta interminable los momentos que llenan nuestras vidas con momentos hermosos, son nerviosismos agradables y que alimentan el cumulo de recuerdos que nos acompañaran para toda la vida.
     Sin embrago existen momentos tensos que han marcado también nuestra vida con momentos amargos pero que con el tiempo hemos sabido superarlos, en los cuales también estuvimos nerviosos y al recordarlos todavía nos ponen nerviosos porque han dejado una huella profunda en nuestra forma de ver la realidad de las cosas, porque gracias a ellas hemos tomado decisiones que nos tienen en donde estamos ahora.
     Gracias a que hemos estado nerviosos en algunos momentos de nuestra vida tenemos la experiencia y la sabiduría que nos caracteriza. Así que demos gracias a los nervios que sentimos diariamente, porque nos hacen dar mucho de nosotros mismos.   



























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