Y vamos caminando, a través del tiempo, de la distancia y de los recuerdos, sintiendo las caricias de la nostalgia que nos llevan una y otra vez por los caminos de la felicidad.
Disfruto con el perfume que despide tu cuerpo, siento que el aroma que despides es un suave narcótico que hace que mis sentidos se pierdan entre la maraña de sensaciones que despiertas en mí, encuentro cada día un nuevo motivo para quererte más y siento que no es suficiente lo que haga para hacerte feliz, para compensarte todos estos años de ausencia y de vivir sin ti.
Y vamos caminando, juntos para siempre, tu mano sobre la mía, tu mirada en mi mirada y tu corazón latiendo al compás del mío.
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