Sombrero.

     
     Dicen por ahí que no hay que hacer caravana con sombrero ajeno, aludiendo tal vez a esas personas que quieren quedar bien con lo que ha hecho otra o que aprovechan la oportunidad de sentirse benefactores de la humanidad, cuando en realidad no han movido un dedo para hacer las cosas que tratan de adjudicarse.

     Sin embargo, existen personas que tienen la característica de ser muy bellas por fuera, se ponen un simple sombrero y parecen seres salidos de un cuento de hadas, pero si llegamos a conocer su interior nos damos cuenta inmediatamente que son más hermosas de lo que nuestros ojos ven, tienen ese don de saber transmitir lo mejor que tiene un ser humano, ese sentimiento que le da felicidad a quienes pueden contar con su aprecio, su ternura, sus caricias y sus besos y más que nada con su amor; tienen tanto que dar, tal vez porque lo han tenido guardado, porque no existía motivo alguno para ser realmente quien en verdad han querido ser, porque el camino que han recorrido no era el adecuado para sacar todo eso que hay en el interior. Y cuando por fin llegan al final del arco iris, brillan con tal intensidad, que el que hayan escogido para tener a su lado, será la mas dichosa y afortunada, porque ha encontrado el verdadero amor, ese que lo da todo, sin condiciones, con una sonrisa en los labios, con un brillo en los ojos y con un corazón dispuesto a darlo todo. Hoy yo me siento afortunado, porque contigo tengo todo eso y mucho más, solo me queda decir que te he amado, te amo y te amaré por siempre.