Hoy viendo ese artilugio que los hombres han inventado, me puse a pensar en las semejanzas que nuestra vida tiene con ellos. Lo vi subir, mantenerse un momento y de pronto como una cometa descender y estrellarse en el suelo, y muchos de nosotros nos pasa lo mismo ascendemos, nos mantenemos y nos desplomamos; Después, vi que su dueño lo observó, le acomodo quien sabe que, le hizo unos ajustes y lo volvió echar al viento, nuevamente creo que se parece a nosotros porque si caemos nos sacudimos, vemos al frente y emprendemos el vuelo sin pensar en lo que nos hizo caer; Nuevamente vi dos o tres veces que sucedía lo mismo y cada vez unos ajustes y de nuevo al aire, de nuevo a desafiar los obstáculos. El final feliz es cuando vez que después de tantos esfuerzo airoso el papalote se eleva por los aires. Hoy no me toco ver eso, porque después de tantos esfuerzos, poco a poco la paciencia de esa persona no soportó tantas derrotas y claudicó, lo vi recoger sus hilos y el papalote casi destruido, pero creo que la próxima vez tendrá éxito, lo deseo con todo mi corazón.
Hoy me sentí ese papalote que después de tantos esfuerzos la adversidad me derrotó, mas no me venció, porque después lo intente de nuevo y ahora veo coronado mis esfuerzos porque caí pero lo seguí intentando hasta verme por los aires, mantenerme ahí y permanecer como un papalote que si consiguió estar donde debería estar.
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